![]()
![]()
La gran evasión (1963) fue el proyecto más querido de Sturges, el cual tardó diez años en conseguir realizar, dada la escasa receptividad que encontraba en los Estudios, de lo que fue palmario ejemplo la reacción de Louis B. Meyer, en 1952, cuando Sturges estaba bajo contrato en la MGM. Meyer pensaba que su final era trágico y deprimente, por lo que rechazó la propuesta. Su repetida imposibilidad, sumada a la denegación de otras propuestas durante esa década, y la interferencia en algunas de sus producciones, en concreto Cuando hierve la sangre (1959), que desnaturalizó su planteamiento, fue una de las razones para que aceptara la relación contractual con la Mirisch Company que le aseguraba el control de sus producciones. El proceso de preproducción fue laborioso, con cambios de localizaciones, reemplazos de actores previstos, así como fueron diferentes los guionistas que intervinieron en distintas fases del proceso, incluso durante el rodaje, no carente de conflictos por contrariedades meteorológicas o exigencias de ciertas estrellas, todo lo cual detallo en John Sturges. La mirada ecuánime o depende de a qué se llame mirar (Providence), que se publica en junio. Por añadidura, realizo previamente un repaso a las producciones británicas precedentes centradas en campos de prisioneros durante la II Guerra Mundial, realizadas tras el éxito, en 1950, de Wooden horse (1950), de Jack Lee, cuyo intento de fuga aconteció en el mismo campo que el de La gran evasión, Stalag Luft III.